sábado, 9 de octubre de 2021

Viejas heridas

Y ahí estaba con el corazón roto, con un dolor tan grande que pocos podían siquiera entender, conforme el tiempo fue pasando las heridas sanaron, parecía que los días grises nunca acabarían, un día sin más al despertar aquél dolor había menguado pero también una leve sonrisa, un sueño tierno abría el día. 

Con el paso de los meses la rutina y el trabajo provocaron que olvidará lo que realmente dolía, que sensación más agradable, no había tristeza ni melancolía. Al cabo de cuatro años no se dio cuenta que no solo había dejado de doler, no había nada, ni emociones ni alegrías ni llanto, solo vivía. 

Se había esforzado tanto por no sentir dolor que no se dio cuenta que el tiempo pasó dejando nada, no había enamoramientos,  ni penas, ni sufrimientos, en ese momento entendió que el hermetismo la llevó a un vacío en su totalidad, y ahora estaba deseando sentir nuevamente esas alegrías y amores, quizá esporádicos pero intensos. 

A veces cuando hay un dolor tan grande se preocupa por sanar la herida con el temor de que algo la abra o la lastime, no nos damos cuenta que justo esas cicatrices son el mapa de la vida, está bien sanar y curar pero es la marca de lo que se vivió y  de lo que se amó o de lo que se superó, no sé puede evitar sentir dolor o gozo, vivir nuevas emociones no abrirá viejas heridas, hará nuevas, o quizás no, pero de una cosa estoy segura serán distintas.

Stella Alba


 








Melancolía fallida

 Era sábado por la mañana, el día estaba lluvioso y una nostalgia invadió el ambiente. Estaba sensible, había un ápice de tristeza y en unos minutos hubo una necesidad de vaciar emociones y liberar tristezas. Por alguna extraña razón no fue sencillo, algo sucedía, la tristeza no era suficiente para poder derramar y sacar la melancolía. 

La sensación me llevó a pensar en ti, sí, esa era la solución, pensar en ti, recordarte y evocar  lo pasado, me esforcé, recordé y no funcionó. De pronto,  mi mente me llevó a lo grandioso que he vivido desde tu partida, la nostalgia me llevó a alegrías, el flagelo no fue razón y me di cuenta que no dueles, que te he superado y de pronto fue triste pero sabes, es triste para ti pues el amor tan grande se convirtió en un recuerdo, bello y triste pero ha quedado atrás y ahora me reinvento, vivo y he resurgido quizá no de las cenizas pero el precio ha valido la pena. 

Stella Alba


martes, 14 de septiembre de 2021

Sueño cruel


 Y ahí estabas, entraste cuando menos te esperaba, de pronto al darme la vuelta me sujetaste por la cintura, besaste mi cuello y sentí tu cuerpo junto al mío, quise decir que no pero mi cuerpo no respondía, mi mente decía una cosa pero mi cuerpo quería otra. Me volteaste y me pusiste frente a ti, nuestras miradas se encontraron y me besaste lentamente, un silencio reinó en el ambiente, escuchaba tu respiración que se alternaba con la mía. 

Tus manos recorrieron mi cuerpo despacio sin pena alguna. Imposible decir que no y que mi cuerpo reaccionara  pues mi piel se erizaba y respondía sin decir nada.

Los roces, caricias y besos se convirtieron en la velada perfecta... De pronto y en un instante abrí los ojos, era un sueño,  el más dulce, pasional y cruel sueño, no estabas pero  era un hecho, mi cuerpo te deseaba.

Stella Alba














jueves, 22 de julio de 2021

Intentos

 Éste  es el séptimo intento de escribir algo, llevo días con palabras huecas,  vacías y sin sentido. Como cada día he pensado en ti y trato de escribir algo que diga lo que siento,  sin embargo nada ha salido, cada día me cuesta más decirte algo, primero no sabía porque,  me he esforzado por mantenerte presente, que los recuerdos sigan en mente. 

Hoy que el día es lluvioso regresan esos pensamientos cuando muchas veces huímos de la lluvia, las noches juntos escuchando las gotas golpear mi ventana, pero sabes, cada vez cuesta más retenerlos,  me doy cuenta que te olvido de a poco y que el intento de flagelo ya no funciona, el pensamiento dirigido a ti dura segundos, ya no vivo pensando, he recordado que estaba olvidando y olvido que estaba recordando. 

Es triste puesto que tu recuerdo me llevaba a épocas inmensamente felices,  claro algunas muy tristes,  pero ahora me reinvento y me doy cuenta que fuiste la mejor pareja, único y al que amé con el alma pero ahora mi mente se dirige a otra parte y los recuerdos se esfuman, vivo más y te pienso menos. 

Qué triste debe ser para ti que un amor tan grande te olvide y tengas que conformarte con lo que tienes, ¿podrás con ello?  Yo amaré de nuevo, con todo y ¿tú?  ¿alguien podrá amarte como yo? Lo dudo pero inténtalo que lo peor que puedes hacer es no hacerlo porque lo nuestro pasado es. 

Stella Alba




Soñar

 Era segura la mayor parte del tiempo, la soledad era esa pequeña parte de su vida que disfrutaba a morir y que decir del romaticismo. Detestaba las comedias románticas, esa poesía que alguna vez amó ahora le parecían absurdas; el sarcasmo y las carcajadas eran la reacción primera ante la cursilería.

Un día creyó en todo eso, como esos cliches de novela, el final perfecto, el hombre que amas y te ama para toda la vida. 

Que decir de superar los obstáculos y como el universo o un ser divino  se encarga de poner a esa persona en tu camino. Creciendo con ideas soñadoras y con el amor perfecto, sin embargo un día despertó o la despertaron, la realidad la llevó a olvidar los finales idelales, pero en algunas ocasiones, sólo algunas noches, soñaba, su alter ego aparecía y creía en todo, el universo, la fantasía, las hadas, que el amor llegaría, sus ojos se humedecían pensando en que sería un final ideal. 

Su mente volaba dejándose llevar no sólo por el romanticismo sino por cada fantasía novelesca donde los clichés eran el elemento principal. 

Por las mañanas despertaba la mujer fría, sarcástica y tal vez hasta burlona; se adueñaba de su vida, de lo cotidiano, y es que era feliz con eso, soñar era válido, de vez en cuando.  Pero alguna vez enclaustró a la inocente y romántica, era mejor, las dos veces que sobresalió no fue lo mejor así que sólo dejarla respirar muy esporádicamente era simple, era perfecto. 

Stella Alba



miércoles, 14 de abril de 2021

Curiosidad


    Cada noche después del trabajo y agotada ella se conectaba para charlar, no solían hablar diario pero cuando sucedía las horas pasaban silenciosas de tal manera que transcurrían sin darse cuenta. Llevaban días de extensas conversaciones hasta que  un día él comenta que ha soñado con ella, con eso despertó la curiosidad, quería saber de qué se trataba así que se mantuvo activa para conocer más. Ella siempre tenía como característica ser curiosa y él decía ser travieso; sus conversaciones siempre tenían algo diferente que le provocaba incertidumbre lo que no dejaba a ella mantenerse indiferente. 

   De vez en cuando él enviaba audios, tenía una voz sexy además de ser muy  astuto, pareciera que la conocía perfecto. Era un martes de marzo, cerca de su cumpleaños, ella sin esperar nada pero con la incertidumbre de siempre  se conectó, él comenzó hablando de su sueño, sus palabras tan delicadas y descriptivas la mantuvieron despierta sin parpadeo, sin embargo lo que más atractiva volvía la conversación era que justo en la parte más climática él terminaba la conversación diciendo: y después...

   Ello provocaba que ella quisiera estar atenta al siguiente día. Los días transcurrieron sin darse cuenta, estaban ahí el uno para el otro con una conexión más que cibernética. Finalmente programaron una cita, el temor de encontrarse y verse frente a frente posterior a aquellas conversaciones estaba presente en ella a cada momento. 

   Ahí de frente hablaron del mismo modo que en sus chats y entonces llegó el momento de despedirse, él tomó su mano y de forma inconsciente se entrelazaron, él se acercó lentamente, su voz baja era sensual y ella completamente estremecida no supo que hacer y solo quiso sentir nuevamente esa sensación. Sus manos en el rostro, estaban tan cerca que podían escuchar las respiraciones, las palpitaciones eran cada instante más contínuas hasta que sus labios conectaron, aquél momento sin importar lo que pasaba alrededor, lo único importante era dos cuerpos atraídos. 

   Se despidieron para volver a esas conversaciones que a partir de ahora jamás podrían ser igual.

Stella Alba






domingo, 21 de marzo de 2021

Cena Frustrada

 Angela era una mujer soñadora y fantasiosa, siempre leía y le gustaba pensar que esas aventuras de los personajes le pasaban a ella. Trabajaba en un lugar público en el que estaba acostumbrada a conocer gente todos los días, hacía su trabajo con mucho esmero, le gustaba hacerlo, en un día cualquiera  común conoció a un joven nada peculiar, las charlas y pláticas se volvieron cada día más comunes. Un día ella se fue, cambió de empleo y jamás volvieron a verse, nada realmente que lamentar pues la amistad era estrecha pero nada más. Un año después él apareció en su red social, dejando un saludo cordial nada espectacular, ella, emocionada, era real, le gustaba saber de él y poder charlar.

Los meses transcurrieron, meses sin hablar en otras solo saludos sin más,  ella entregada al trabajo sin darse cuenta que su  vida personal dejó de lado sin imaginar que los años pasaban, sus sueños y fantasías cada día menguaban pues el trabajo extenuante no dejaba para más. Tenía invitaciones y pretendientes que realmente nada lograban pues ella prefería continuar con su vida amorosa en receso sin final. 

Era marzo, se acercaba la primavera, un mensaje de su amigo como a veces solía pasar, cambiaron de la red a número particular, los mensajes y las charlas se volvieron cotidianas, la idea de verse se volvió una posibilidad  y después de ello un día él la invitó a cenar. 

El día de la cena ella salió antes de trabajar, un martes era, encantada por verlo ella se arregló con aquella emoción al salir de la rutina a la que ya estaba acostumbrada; eligió algo sencillo pero lindo, un perfume cítrico y acudió. Ese día el cocinó, al llegar él había preparado la mesa, cada adminículo en ella estaba perfecto, unas velas y un florero, nada extravagante pero encantador. 

Sentados frente a frente comenzó en ella un escalofrío que recorría su cuerpo, se estremecía sin saber, él la veía fijamente, de pronto él tocó su mano generando una reacción casi eléctrica en ella, sin mucho hablar, sin nada que decir sus labios conectaron solo dejándose llevar, aquello poca explicación tenía, Angela sólo se dejó llevar, no sabía que iba a pasar. Del comedor pasaron al sillón, nadie decía nada, tal parecía que los años sin verse habían guardado aquellas ganas que ese día decidieron desahogar. 

Él le confesó que aquello siempre lo había soñado, ahora 4 años después había decidido actuar y no esperar más, abrazados vieron el amanecer llegar, la cena fría en la mesa y sin probar, una cena frustrada pues nunca se efectúo, en segundo término quedó cuando se les olvidó el objetivo de la noche cambiándolo por algo mejor. Dos estómagos vacíos cerraron esa noche. 

Stella Alba



miércoles, 27 de enero de 2021

Sentimientos encontrados

 Hoy la vi  y por un momento me olvidé de todo, quería correr e intentar abrazarla, decirle que aún la amo en lo más profundo de mi ser, que me hace demasiada falta, que aún recuerdo el rose de su piel al tenerla en mis brazos, que estar sin ella aún es una lenta agonía, que no hay día que no la piense, pero preferí dar la vuelta y seguir haciéndome a la idea de que ya jamás podrá pasar. Creí que iba bien pero no,  hoy todo mi ser tembló, recordé cuando salimos de novios, me puse tremendamente  nervioso, quería decirle tantas cosas, pero algo en mí me hizo huir de ahí como si fuera un vil ratero, mis emociones quedaron atrás.   

En ese momento mi mente solo se enfocó en qué tenía que salir de ahí, por un momento, mi mente recordó que es ella quien ya no me quiere en su vida, fui un cobarde; yo no tenía por qué salir de ahí, de pronto su coche pasó frente a mí, ingenuamente creí que pararía, tantas cosas en  mi cabeza, quería alcanzarla, gritarle lo que pensaba,  ¡heyyy detente no me dejes, para por favor! pero por alguna extraña razón mis pies no me respondían, así que me quedé ahí congelado, esperando a ver si daba  regresaba, pero no fue así, mi mente solo jugaba conmigo haciéndome creer que regresaría por mí, tal vez en el fondo lo sabía,  tal vez él fue el único que utilizó la razón  y en lo más profundo de mi ser dijo "no vale la pena ya hiciste demasiado".

 Ahora estoy en casa preguntándome ¿por qué la vida es así?, ¿de que sirve tener fe si con eso nada se soluciona? Confío en que  algún día el tiempo me dará la respuesta.

En verdad quería decir tantas cosas, decirle  que me quedé con el intento de hacerla feliz, que soñé toda una vida con ella.  Hace tiempo que ella se llevó mi corazón, mi fe y mi buena suerte, repetidas ocasiones me pregunto,  acaso ¿me faltó amor?  o tal vez ¿me faltó suerte? como sea el destino no ayudó en nada.

Después  sentí una gran rabia, quería reclamar, por todo lo que pasó, decirle que me dejó hecho una mierda en un momento, que me cagó la vida, que le di todo cuanto pude, y...  ¿para qué? para que me dejara sin nada de un día a otro, y hoy actúa como si fuera un apestado, fue ella quien mintió.  

Quisiera odiarla pero no puedo, aún en este cuerpo queda algo de ella, ojalá supiera que hay más que recuerdos, que hay más, mucho más, más que  sólo  sentimientos encontrados.

Alejandro Pintor



sábado, 23 de enero de 2021

Desconocidos


Ella era su vecina, cada día por la mañana salía al trabajo sin dar importancia a su alrededor, la verdad es que era muy poco observadora, jamás se percató que detrás de una ventana había alguien que la observaba cada momento, conocía sus rutinas, la observaba con detalle, sus ojos tenían ternura y en el trasfondo deseo, veía como deslizaba su cabello detrás de la oreja mientras subía a su coche rumbo al trabajo, le gustaba ver sus pies cuando eran lo último en subir a él, observaba sus piernas y pantorrillas con esos tacones y falda que hacían volar la imaginación. Era totalmente un cliché, tenía la personalidad de una mujer segura de sí misma, usaba vestidos cortos y faldas que permitían no sólo ver su silueta sino además sus escotes que sin ser demasiado provocativos eran suficientes para que ese alguien soñara con ella cada noche, era un amor detrás de una cortina. 

Un día de tantos su coche no arrancó, de pronto él, detrás de ella ofreció apoyar, ella no sabía que existía hasta ese momento, sin razón aparente, un dulce y suave aroma la invadió, cuando lo percibió su piel sin permiso se erizó, era extraño, como sentir algo en un momento de estrés y sobre todo, ¿quién es él? un extraño que provocaba sin saber la razón. 

Se despidieron, ella debía irse, él con esa emoción que lo consumía, sus ojos más enamorados que nunca, había estado no sólo cerca, ahora ella sabía quien era él sin darse cuenta que, él la conocía mejor que nadie. 

Esa noche él no pudo contenerse, su emoción era tan grande que escribió una pequeña nota, - anoche soñé contigo, te veías sensacional, cuídate. - la dejó en la ventana, sabía que ella cada día despertaba y abría cortinas, la encontraría. Ansioso por saber espero respuesta. Pasaron tres días, ella con su rutina y él con incertidumbre hasta que una noche en el mismo lugar había una nota que decía: - estoy aquí - 
¿qué era eso? ¿acaso una invitación? no sabía qué hacer pero la curiosidad pudo más y espero fuera de esa ventana sin saber que pasaría. 

Ella abrió la puerta, aquél momento no planeado, ella misma no sabía como reaccionaría, su piel era recorrida por una especie de electricidad que no ocasionaba disgusto al contrario daba la adrenalina necesaria para actuar. 
Ahí estaban los dos, sin pensarlo él la vio fijamente, ella sólo esperó, sus manos se tocaron sin que se dieran cuenta, tocó su mejilla y rosó sus labios rojos que tantas veces había soñado.
 
Ella no necesitaba más que dejar de pensar, sus ojos estaban ansiosos de descubrir más en aquella mirada pero su cuerpo sin duda quería saber porqué le provocaba y la llevaba al punto de querer probar esos labios carnosos. 
Lentamente se acercaron y se hundieron en un profundo beso, poco a poco ella colocó sus manos en su cuello y él recorría lentamente su cintura hasta sentir toda su espalda, sentían como sus corazones latían fuertemente pero sobre todo como sus cuerpos se compactaban haciendo la química perfecta. 
Esa noche dos desconocidos conocidos fueron los mejores amantes que hayan existido jamás. 
Stella Alba








Labios de Tentación

Ella era una mujer como cualquiera, tenía semanas saliendo tarde de trabajar, sus días no tenían nada fuera de lo común,  todas las maña...