sábado, 13 de julio de 2019

Labios de Tentación



Ella era una mujer como cualquiera, tenía semanas saliendo tarde de trabajar, sus días no tenían nada fuera de lo común,  todas las mañanas se levantaba y hacía la misma rutina.
Un día como todos revisó su celular, una red le notificaba una nueva solicitud de amistad, la vio y la ignoró, total sería como cualquiera que recibía últimamente.
A los pocos días, al revisar nuevamente había un corto mensaje, pedía aceptar la solicitud, increíble pensó ella, no sé quién es, pero tampoco entiendo su insistencia, por curiosidad inició una conversación, cuando menos se dio cuenta llevaban meses en la charla y ella comenzó a sentir la necesidad de conversar todos los días. 
Ese día se levantó y como cada mañana se fue a trabajar,  como parte ahora de la rutina enviaba un mensaje para saludarlo y decirle te amo, como siempre lo hacía. 
Él no respondió,  sin embargo ella aunque le extrañó siguió con su trabajo.
Transcurrió el día y él no se conectó.
Triste y pensativa no entendió. Decidió quedarse a trabajar,  al final nadie la esperaba y mientras todos se retiraban ella se concentraba en terminar. Sus compañeros comenzaron a despedirse y ella en su oficina insistía en trabajar, prefería no pensar pues cada momento veía a su red social y él no aparecía.  Salió y cerró la puerta pensando en que nadie fuera a entrar, llegó a su oficina, sintió sus labios resecos y uso un humectante. Sonrió levemente pensando, si los usará esto no me pasaría,  de pronto la puerta sonó,  es extraño nadie podría ser, todos se habían despedido, al abrir la puerta se dio cuenta que era él,  de pronto no supo que hacer, impávida sólo veía y para nada se movía.
Él dijo: ¡Hola preciosa!
Ella: sólo dijo Hola
Él preguntó puedo pasar y ella lo dejó entrar, le dijo, vengo por ti, te invito a cenar, con una voz tartamudeante ella pudo decir sí, permíteme ir a cerrar, entró a su oficina, se vio al espejo y volvió a poner humectante en sus labios, él  de pronto estaba tras ella y le dijo: que hermosos labios tienes, no hace falta que les pongas nada
 Ella se sonrió y sonrojó levemente, no supo responder, solo podía  ver su sonrisa y sus labios, él tenía labios de Tentación, pensaba, recordaba cada conversación en donde ella decía lo que haría cuando de frente lo tuviera, en ese momento sólo podía articular breves frases, de pronto, él se acerca lento,  quizá midiendo y esperando una reacción,  ella agachó  la mirada, se colocó el cabello tras la oreja, estaba nerviosa, él le tomó la barbilla y levantó su cara... La vio fijamente,  ella se mordió los labios, tenía ganas de besarlo pero su nerviosismo era mayor, jamás pensó que alguien provocaría semejante sensación.
Temblando sólo sentía y esperaba. 
Él le dijo nuevamente: que labios tan hermosos,  humedeció sus labios, pareciera como si estuviera saboreando algo, ella sólo miraba y mordía su labio inferiror, su corazón aceleraba, fueron sólo unos segundos pero parecía desaparecer el tiempo,  él se acercó cada vez más susurrando que ella era preciosa, cuanto había esperado y se podía percibir el corazón de ambos a un ritmo, latían como si buscaran encontrarse, salirse  del pecho y por fin acoplarse, de pronto él no pudo resistir, la beso suave y lentamente ella sin moverse sólo se dejó llevar,  despacio recorrió sus manos, la tomó por la cintura, ella sin pensar ni actuar sólo dejaba que sucediera. Sus manos sin movimiento alguno, sólo su corazón y labios actuaban en ese momento. 
El tiempo parecía detenerse, olvidaron donde estaban, su respiración aceleraba y sus cuerpos se acercaban.
Sus labios parecían la perfecta amalgama, como si estuvieran hechos los unos para los otros.  Ella mordió suavemente su labio inferior,  dejaba esa breve pausa entre sus besos donde aprovechaba para ver sus ojos,  los cuales como parte de la magia abrían al mismo tiempo sólo para comprobar que aquéllo no era un sueño. Y entonces apagaron las luces, la oficina quedó a oscuras y ahora sólo podían  sentirse, él la abrazó fuertemente, él sin hablar se sentó en el escritorio ella frente a él se colocó en medio de sus piernas con las manos en la cintura y ella en su cuello sin luz ahora conectaron nuevamente sus labios que  parecían imanes que se atraían.
No había nada que los detuviera,  ella poco a poco dejó de temblar y sólo se dejó llevar, él la hizo sentir segura y la sujetó de tal manera que imposible ella se resisistiera. 
Él comenzó a acariciarla, pasó sus manos suavemente por su espalda mientras la besaba y ella con la piel que se estremecía lo permitía. 
Ahora, sus cuerpos hablaban, sus labios no se separaban y... Aquél lugar parecía en ese momento lo mejor y sin pensar que iban a cenar, olvidaron todo para probar cuanto ansiaban encontrarse. 
Él buscó recorrer su cuerpo, ella lo permitió, igual que él,  había esperado ese momento, ella con una falda y blusa de trasparencia, él puso su mano bajo la falda, tocó sus piernas y ella...
Quería decir que no, de pronto pensaba y trataba de alejarse, él no lo permitió,  besaba su cuello y su oído, ella, sólo podía sentir y no pensar .. De pronto, él la miró fijamente y con la mirada hablaron, él desabotonó  su blusa,  comenzó de abajo hacia arriba, ella le tomó las manos, trató de impedir que lo hiciera,  sus miradas diciendo todo sin decir nada... No pudo detenerlo, en ese momento...

Sonó el despertador, ella  agitada,  feliz por lo que en un sueño vivió,  triste pues no lo terminó,  se tocó los labios, los sintió perfectos, pensó,  labios de Tentación, y así como otro día volvió a su rutina.


Stella Alba




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