Y ahí estabas, entraste cuando menos te esperaba, de pronto al darme la vuelta me sujetaste por la cintura, besaste mi cuello y sentí tu cuerpo junto al mío, quise decir que no pero mi cuerpo no respondía, mi mente decía una cosa pero mi cuerpo quería otra. Me volteaste y me pusiste frente a ti, nuestras miradas se encontraron y me besaste lentamente, un silencio reinó en el ambiente, escuchaba tu respiración que se alternaba con la mía.
Tus manos recorrieron mi cuerpo despacio sin pena alguna. Imposible decir que no y que mi cuerpo reaccionara pues mi piel se erizaba y respondía sin decir nada.
Los roces, caricias y besos se convirtieron en la velada perfecta... De pronto y en un instante abrí los ojos, era un sueño, el más dulce, pasional y cruel sueño, no estabas pero era un hecho, mi cuerpo te deseaba.
Stella Alba

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