miércoles, 27 de enero de 2021

Sentimientos encontrados

 Hoy la vi  y por un momento me olvidé de todo, quería correr e intentar abrazarla, decirle que aún la amo en lo más profundo de mi ser, que me hace demasiada falta, que aún recuerdo el rose de su piel al tenerla en mis brazos, que estar sin ella aún es una lenta agonía, que no hay día que no la piense, pero preferí dar la vuelta y seguir haciéndome a la idea de que ya jamás podrá pasar. Creí que iba bien pero no,  hoy todo mi ser tembló, recordé cuando salimos de novios, me puse tremendamente  nervioso, quería decirle tantas cosas, pero algo en mí me hizo huir de ahí como si fuera un vil ratero, mis emociones quedaron atrás.   

En ese momento mi mente solo se enfocó en qué tenía que salir de ahí, por un momento, mi mente recordó que es ella quien ya no me quiere en su vida, fui un cobarde; yo no tenía por qué salir de ahí, de pronto su coche pasó frente a mí, ingenuamente creí que pararía, tantas cosas en  mi cabeza, quería alcanzarla, gritarle lo que pensaba,  ¡heyyy detente no me dejes, para por favor! pero por alguna extraña razón mis pies no me respondían, así que me quedé ahí congelado, esperando a ver si daba  regresaba, pero no fue así, mi mente solo jugaba conmigo haciéndome creer que regresaría por mí, tal vez en el fondo lo sabía,  tal vez él fue el único que utilizó la razón  y en lo más profundo de mi ser dijo "no vale la pena ya hiciste demasiado".

 Ahora estoy en casa preguntándome ¿por qué la vida es así?, ¿de que sirve tener fe si con eso nada se soluciona? Confío en que  algún día el tiempo me dará la respuesta.

En verdad quería decir tantas cosas, decirle  que me quedé con el intento de hacerla feliz, que soñé toda una vida con ella.  Hace tiempo que ella se llevó mi corazón, mi fe y mi buena suerte, repetidas ocasiones me pregunto,  acaso ¿me faltó amor?  o tal vez ¿me faltó suerte? como sea el destino no ayudó en nada.

Después  sentí una gran rabia, quería reclamar, por todo lo que pasó, decirle que me dejó hecho una mierda en un momento, que me cagó la vida, que le di todo cuanto pude, y...  ¿para qué? para que me dejara sin nada de un día a otro, y hoy actúa como si fuera un apestado, fue ella quien mintió.  

Quisiera odiarla pero no puedo, aún en este cuerpo queda algo de ella, ojalá supiera que hay más que recuerdos, que hay más, mucho más, más que  sólo  sentimientos encontrados.

Alejandro Pintor



sábado, 23 de enero de 2021

Desconocidos


Ella era su vecina, cada día por la mañana salía al trabajo sin dar importancia a su alrededor, la verdad es que era muy poco observadora, jamás se percató que detrás de una ventana había alguien que la observaba cada momento, conocía sus rutinas, la observaba con detalle, sus ojos tenían ternura y en el trasfondo deseo, veía como deslizaba su cabello detrás de la oreja mientras subía a su coche rumbo al trabajo, le gustaba ver sus pies cuando eran lo último en subir a él, observaba sus piernas y pantorrillas con esos tacones y falda que hacían volar la imaginación. Era totalmente un cliché, tenía la personalidad de una mujer segura de sí misma, usaba vestidos cortos y faldas que permitían no sólo ver su silueta sino además sus escotes que sin ser demasiado provocativos eran suficientes para que ese alguien soñara con ella cada noche, era un amor detrás de una cortina. 

Un día de tantos su coche no arrancó, de pronto él, detrás de ella ofreció apoyar, ella no sabía que existía hasta ese momento, sin razón aparente, un dulce y suave aroma la invadió, cuando lo percibió su piel sin permiso se erizó, era extraño, como sentir algo en un momento de estrés y sobre todo, ¿quién es él? un extraño que provocaba sin saber la razón. 

Se despidieron, ella debía irse, él con esa emoción que lo consumía, sus ojos más enamorados que nunca, había estado no sólo cerca, ahora ella sabía quien era él sin darse cuenta que, él la conocía mejor que nadie. 

Esa noche él no pudo contenerse, su emoción era tan grande que escribió una pequeña nota, - anoche soñé contigo, te veías sensacional, cuídate. - la dejó en la ventana, sabía que ella cada día despertaba y abría cortinas, la encontraría. Ansioso por saber espero respuesta. Pasaron tres días, ella con su rutina y él con incertidumbre hasta que una noche en el mismo lugar había una nota que decía: - estoy aquí - 
¿qué era eso? ¿acaso una invitación? no sabía qué hacer pero la curiosidad pudo más y espero fuera de esa ventana sin saber que pasaría. 

Ella abrió la puerta, aquél momento no planeado, ella misma no sabía como reaccionaría, su piel era recorrida por una especie de electricidad que no ocasionaba disgusto al contrario daba la adrenalina necesaria para actuar. 
Ahí estaban los dos, sin pensarlo él la vio fijamente, ella sólo esperó, sus manos se tocaron sin que se dieran cuenta, tocó su mejilla y rosó sus labios rojos que tantas veces había soñado.
 
Ella no necesitaba más que dejar de pensar, sus ojos estaban ansiosos de descubrir más en aquella mirada pero su cuerpo sin duda quería saber porqué le provocaba y la llevaba al punto de querer probar esos labios carnosos. 
Lentamente se acercaron y se hundieron en un profundo beso, poco a poco ella colocó sus manos en su cuello y él recorría lentamente su cintura hasta sentir toda su espalda, sentían como sus corazones latían fuertemente pero sobre todo como sus cuerpos se compactaban haciendo la química perfecta. 
Esa noche dos desconocidos conocidos fueron los mejores amantes que hayan existido jamás. 
Stella Alba








Labios de Tentación

Ella era una mujer como cualquiera, tenía semanas saliendo tarde de trabajar, sus días no tenían nada fuera de lo común,  todas las maña...