Cuando el universo conspira no hay forma de evitar estar inmerso, como cuento, se reencontraron, de un momento a otro se volvió habitual las charlas por redes sociales, no importa cada cuando pues podían pasar meses, días y al conectarse era como si el tiempo no pasara, ella sentía ese palpitar como si fuera siempre la primera vez.
Decidieron traspasar la red, se citaron con indecisión y muchas espectativas, ella sin dejar de pensar que sentiría, cómo actuar, se dijo sería fría, que fácil es crear historias en la mente, decirte cómo reaccionar y hasta que temas hablar, dejar de lado sentimientos es una mala idea, de pronto logran aflorar y no hay forma de engañar a quien provoca e incita, quien tu mente reta y tu piel excita.
Abrieron la puerta de la habitación, destaparon un tinto y sirvieron las copas, de frente platicaron de sus vidas y trabajo, ella, con nerviosismo y desvío de miradas no pudo más, lo vio fijamente, era él, aquel hombre con quien tantas veces habló hasta el amanecer, quien había llenado sus días de amor y alegrías, donde el sexo quedaba en segundo término, lo miró fijamente y él se acercó despacio quizá temiendo un rechazo, la besó suavemente como aquella primera vez, recorrió su cuerpo con ternura, era evidente, más que pasión y deseo la conexión de aquellos cuerpos traspasaba cualquier barrera, se amaron sin pensar, esa noche entre pláticas, deseo y juegos entendieron que sus vidas a distancia, con rumbos y caminos diferentes siempre buscarían algún retorno dejando la puerta abierta pues volverían pronto.
Stella Alba

No hay comentarios:
Publicar un comentario