lunes, 21 de octubre de 2019

Viernes 13



Tenían 4 meses saliendo, se veían a escondidas pues era lo mejor. Comenzaron con algo que hasta ese momento era desconocido, ese viernes 13 ella lo invitó a cenar, no había nada planeado, él dijo que sí,  eso bastó para que durante todo el día estuvieran posteándose mensajes cariñosos, como dos efebos, como si no conocieran el fracaso del amor y fueran  aprendices, ambos planearon la cena sin decirse más. Él publica: Ya vives en mí y ella siente como la piel se estremece y ansía locamente llegue la noche. Ella ya con experiencias no agradables olvida todo lo vivido y solo se deja llevar por lo que siente, en ese momento asegura ama más que nunca pero se equivoca, nunca antes había amado. Decide preparar la cena y agrega un tinto, velas, cada adminículo está colocado, se ocupa de la música,  todo está perfecto.
Su cuerpo ansioso por el momento,  su piel que se eriza solo de pensarlo, su cabello lacio más vivo que nunca, sus pupilas se dilatan, su cuerpo no puede ocultar el deseo, como cualquier adolescente solo desea que llegue y que aquello no acabe nunca.
Y entonces ahí estaba frente a ella, con flores y chocolates, un cliché perfecto, luces bajas y charlas vanas hasta cierto punto, coqueteos y roces de manos, en algunas ocasiones él tocaba su rostro para decirle que la ama y que es hermosa,  parecía que era la primera vez que se veían, solo ellos sabían que aquello tenía meses  repitiendo la escena muchas veces más. 
De pronto besos suaves, ella con un vestido casi traslúcido, con un escote provocativo y él observándola con ojos de deseo y pasión  pero sobre todo amor. Los besos suaves comenzaron a ser más violentos y cada momento era más difícil detenerse, al sonido de la música se levantaron del comedor y sin siquiera pensarlo terminaron en la recámara,  el vestido fue levantado y la camisa desabotonada, la música solo enardecía más, como piezas perfectas y únicas se unieron como si hubiera sido la primera vez, se dijeron cuanto se amaban, las ropas quedaron en el piso y despacio él quitó esos tacones negros que ella sólo usaba para él,  se amaron como nunca, como si nunca se hubieran probado, lo hicieron como tantas otras noches atrás,  la cena de ese viernes 13, perfecta, dos cuerpos se volvieron uno.
Stella Alba


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