miércoles, 29 de mayo de 2019

Carta a mi hija


Y ahí estaba, la larga espera por fin había terminado, el tiempo que esperé para conocerte culminaba y ahora a instantes de verte sentía mi pecho latir,  sentimientos que no puedo describir, la felicidad y dicha eran tan grandes que aún hoy al escribir mi piel se eriza y esas emociones las vuelvo a sentir. Mis ojos repiten la escena de ese día imposible de olvidar y maravilloso para recordar.

Cómo explicar el momento, me encontraba ahí lista para verte, te esperaba desde hacía tiempo, entonces me di cuenta  que la frase que dice del amor a primera vista es mentira, yo te amé desde que supe de tu existencia, sin conocerte. Cada día y cada instante sólo pensaba en ¿cómo serías? ¿Cómo me verías? ¿Qué sentirías al verme? ¿Seré alguien buena para ti? ¿Seré lo que esperas? Tantas preguntas sin respuesta y tantas respuestas hipotéticas.

De pronto, ese día, ese 14 de agosto a las 7:50 de la noche apareciste, como caída del cielo, con esos ojos grandes, muy abiertos, me miraste fijamente, no dije nada, sólo podía verte sin hablar, sintiendo mucho y sin expresar más, no podía, mis ojos dijeron con lágrimas lo que no pude con palabras,  sentí tu cuerpecito junto al mío, el calor que emanaba de las dos. 

Así es, tú, que desde que supe que vendrías te amé, que desde que supe que existías entendí que mi vida cambiaría y que nada sería igual, las noches ahora distintas, desvelos y preocupaciones llegaron pero a cambio, razones de vida me llenaron, motivos para luchar a  pesar de las adversidades aparecieron y sobre todo amor verdadero, porque te esperé y desde entonces hasta ahora no dejaré de verte como ese pedacito que llegó a cambiar mi vida, a darle sentido, mi repollito, como usualmente te suelo llamar, por quien la vida quiero dar.

Stella Alba



martes, 21 de mayo de 2019

Dudas



Hay tantas cosas que deseo saber,
muchas  que no puedo responder, 
no importa que lo busque o incluso que lo sé,
tu partida aún no explico y quisiera comprender.

Cómo hiciste para irte sin voltear atrás,
decidiste marcharte y no volver jamás,
la tristeza está presente, no he podido olvidar,
cómo empezaste sin siquiera titubear.

Recuerdo y me estremezco cuando mis labios solías besar,
tus manos en mi cuerpo y como solías temblar,
tu estómago gruñía y comenzabas a hablar,
no querías que supiera o se hiciera notar, 
los recuerdos muy presentes no han dejado de estar
tu presencia se mantiene y no logro evitar.

Tu adiós es un hecho y lo tengo que aceptar 
tu regreso simplemente es algo que no sucederá 
pero importante amor mío, te conviene no olvidar
que amor como el que te di nunca vas a encontrar.
Stella Allba




martes, 7 de mayo de 2019

Extraños




Y ahí estabas, una vez más, escuché tu voz y mi piel se estremeció.

Odio tanto saber que cuanto más busco alejarte de mí más próximo estás, 
mírame aquí como todas las noches en los últimos días, 
escribiendo para tratar de vaciar en papel el dolor que siento 
como si eso bastara para poder limpiar un poco esta pena que me mata, 
que envenena, una pena que día a día ahoga. 

Escribo para olvidarte, escribo pensando estúpidamente que me escuchas, 
que entiendes el enorme rencor que te tengo, el enorme amor que por ti yo siento. 
Hoy, no sé de ti ni tú de mí, ahora somos dos personas distintas,
somos dos extraños que se conocen bastante bien,
somos esos que un día fuimos uno solo, que compartimos todo,
hoy ni el espacio, ni el pensamiento son lo mismo.

Al día de hoy lo único que queda son recuerdos de lo que un día fue, que choteado es, lo sé,
no piensas en mí como yo, pero tu recuerdo me persigue.
A veces me consuela pensar que posiblemente no eres feliz, mediocre pensamiento,
pero consuela en el sufrimiento.

Mírame extraño, sigo aquí hablándote, no me ves y no me escuchas.
Ya no se que más escribir, las palabras se acaban, no se que pueda decirte que no te haya dicho ya, no se que expresar para que entiendas que muero poco a poco. 
Mañana, estaré nuevamente y sé que volveré a escribirte, nunca lo leerás, tampoco sabrás, 
pero seguiré escribiendo palabras y cartas que nunca recibirás.


Stella Alba


Labios de Tentación

Ella era una mujer como cualquiera, tenía semanas saliendo tarde de trabajar, sus días no tenían nada fuera de lo común,  todas las maña...