martes, 2 de julio de 2024

Promesas Fallidas

 Que bien te ves, al parecer para ti todo va bien, se nota.  Yo estoy bien, o al menos prefiero que eso parezca, evito las preguntas incómodas que surgieron a raíz de tu partida, prefiero no pensar en lo que siento.

Había pensado decirte lo recurrente que eres en mis pensamientos, lo mucho que te extraño, todo lo que un día fuimos, me invade el recuerdo y el pensamiento y por más que quise que fueras solo mía,  lejos ha quedado ya esa idea, así lo decidiste cuando te marchaste.

He pensando y me he preguntado que piensas, ¿hoy logras tu objetivo?, y es que no se en que momento de la vida me perdí tanto que pase por alto el hecho de que tú siempre logras lo que  te propones y esta ves el objetivo fui yo, aunque desconozco tus motivos, pero el resultado es el mismo, a pesar de mi dolor y lo que me cuesta decirlo hoy ddecido por mí,  me marcho. 

No sé si es la mejor decisión, pero se que nunca es mal momento para un cambio, no sé si en algún momento me vaya muy lejos de ti, tal vez la distancia haga que tú recuerdo duela menos, por que a pesar que añoro esos episodios vividos junto a ti, duele más volver a la realidad y no verte aquí, junto a mí.

Te deseo lo mejor del mundo y que seas feliz, si puedes, si al pasar del tiempo vuelvo a saber de ti, me haría bien saber que valió la pena tu partida, que tienes  éxito, que las cosas con tu familia marchan a la perfección, que tal vez formaste una familia, que los hijos planeados aunque no conmigo han crecido.

También me haría feliz saber que tienes a una buena persona a tu lado que te quiere, te respeta y te ama, pero sobre todo que te hace muy feliz, algo que no pude conseguir, al menos no de manera definitiva, más bien de forma temporal porque sé que fuiste feliz a mi lado, sé que lo fuimos, por mucho que quieras negarlo hay momentos que siempre tendremos en nuestras mentes donde fuimos la pareja perfecta.

Si por el contrario no vuelvo a saber de ti, recuerda lo que tantas veces  te dije,  si no es en esta vida será en otra. Me gusta pensar que nacimos para amarnos y que en cada una de nuestras vidas estaremos juntos.

Probablemente aquella tarde fue la última vez que mis ojos te vieron, que mis labios pronunciación tu nombre, pero también la última vez que viste al hombre que más te amo, la última vez que escuchaste tu nombre con tanto amor.

Me despido y guardo para mí solo  los mejores momentos, aquellos cuando fui muy feliz, cuando el m undo era pequeño y no importaba nada porque te tenía a ti, cuando la vida me sonreía y nada era imposible, deseo que tengas lo mejor que la vida te pueda dar, que encuentres lo que anhelas pues es evidente que lo que te di no fue suficiente.

Alex P.




viernes, 22 de marzo de 2024

Fatuo corazón

 Habían pasado 4 años desde la última vez que tus manos recorrieron mi cuerpo. 

Cada día y cada mañana sentía la necesidad de que estuvieras a mi lado, con el avance de los días la sensación fue menguando hasta que un día llegaron nuevas caricias, nuevos besos y con ello nuevas sensaciones dejando de lado las que habías provocado. 

Aquella noche tan normal y habitual algo sería diferente, una música que provenía del otro lado de la ventana llamó mi atención, al principio ignoré al ser normal cualquier persona pasar por mi ventana con música a un volumen estrepitoso, los minutos transcurrieron y el volumen iba en aumento, era estático por lo que estaban estacionados y mi curiosidad ganó. Eras tú, sentí como el frío recorría mi cuerpo completamente, incapaz de reaccionar, había tantas emociones en aquél momento que me trasladaron a aquellos días en los que lejos de todos escápabamos a media noche, cuando nos escabullíamos para estar juntos y amarnos como sólo nosotros podíamos hacerlo, en aquél momento parecía que el tiempo no había trasncurrido, mi mente no tenía presente aquellas noches sin dormir, cuando mi almohada húmeda noche a noche era testigo de aquel corazón roto, deshecho e incrédulo por tu infame engaño. 

En ese momento mi cerebro simple y sencillamente dejó el mando al corazón y sin más abrí la puerta, no dijiste nada, me viste a los ojos y en un segundo sentí tus manos en mi cintura por debajo de mi blusa, tus labios buscando los míos y... sí, la verdad los míos dispuestos a ser encontrados;  con miedo, temblando, mis brazos innertes donde sólo se sentía un corazón golpeando mi pecho, tan fuerte queriendo escapar de mi cuerpo. 

Hoy a unos días de que se cumplan 11 años de aquella primera vez que nuestros labios conectaron  puedo decir que la sensación y respuesta de mi cuerpo fue la misma, como si los años y los daños nunca hubieran existido. Aquellos labios que me llevaban a un paraíso jamás visitado, una vez más me hacían viajar generando aquella energía tan grande que recorría cada extremidad, energía que al mismo tiempo impedía el actuar de mi cerebro que dio paso únicamente a la voluntad  del corazón quien hizo de las suyas. Tanto que podría describir de esa noche, después de 10 años no creí que tu cuerpo deseara aún el mío y peor aún que el mío correspondiera. En un breve instante nos convertimos en dos adolescentes ansiosos por probar lo prohibido, no hubo parte de mi cuerpo que no recorrieras. Las taquicardias no cesaron hasta casi 24 horas después, hoy al recordarte éstas se activan. Preguntaste si había alguien más, si mi cuerpo te extraño y si te necesité, no había manera de responder a todo ello, ¿cómo podía decirte que no importaba absolutamente nada más que tus manos, tus labios y nuestros cuerpos jugando a reconocerse después de años alejados?

Tanto que podría decir, las palabras amontonadas ansiosas por expresar todo y al mismo tiempo mi mente intentando dejar detalles solo para mí. En tan solo unos minutos el tiempo se detuvo, cada día que estuvimos lejos habían pasado a ser nada, nuestros labios y cuerpos hablaron, y por primera vez en 4 años nuestros cuerpos fueron uno olvidando que como fantasía con tan solo abrir los ojos acabaría.

Beg



Labios de Tentación

Ella era una mujer como cualquiera, tenía semanas saliendo tarde de trabajar, sus días no tenían nada fuera de lo común,  todas las maña...